lunes, 25 de junio de 2012

LA CEBOLLA Y LA PREVENCION DE CIERTAS ENFERMEDADES

   Hola interviajer@s. Hoy quisiera compartir con vosotros las bondades de un alimento poco tenido en cuenta: la cebolla. Me contaron un par de historias sobre ella y he querido investigar sobre las verdades de este alimento que, de verdad que merece la pena tomarlo todos los días.
   En 1919, cuando la gripe mató a 40 millones de personas, había un médico que visitaba a muchos granjeros para ver si los podía ayudar a combatir la gripe. El médico llegó a una granja y para su sopresa, todos estaban muy saludables. Cuando el médico les preguntó qué cosa diferente estaban haciendo, la esposa respondió que ella había colocado una cebolla sin pelar en un plato en las habitaciones del hogar. El médico no podía creer y pidió una para ponerla bajo el microscopio. El médico encontró el virus en la cebolla. Obviamente, había absorbido la bacteria.
   También escuché esta historia en una peluquería. Contaron que hacía varios años que muchas de sus empleadas caían enfermas con gripe y sus clientes también. Al año siguiente colocó varios platos con cebollas en el local. Para su sorpresa nadie de su equipo cayò enferma.
   En otro sitio escuché que alguien con neumonía cortó ambos extremos de una cebolla, la pinchó con un tenedor en uno de los extremos y la colocó en un plato a su lado por la noche. Decía que la cebolla se volvió negra a la mañana por los gérmenes.
   También se cuenta que las cebollas y los ajos diseminados en las habitaciones salvaron de la peste negra a muchos.
   Bien, lo cierto es que la cebolla tiene poderosas propiedades antibacterianas y antisépticas. Fueron los caldeos de la antigua Babilonia quienes descubrieron los poderes de la cebolla.
   Todo esto, bien podría ser cierto ya que la inhalación de la esencia que desprende la cebolla ablanda la mucosidad y alivia la tos.
   Los compuestos azufrados que forman el aceite esencial de este alimento ejerce sobre el cuerpo una acción antiespasmódica, mucolítica y antibiótica.
   En la composición química de la cebolla se encuentran sales fundamentales para el organismo. Además de azufre, boro, bromo, cloro, cobre, manganeso y slicio; así como calcio. El calcio que contiene es uno se los responsables de sus sorprendentes resultados en los huesos, interviene también en la salud de los dientes y en el proceso de coagulación de la sangre.
   Ell hierro, fundamental para el transporte de oxígeno y en la composición de la hemoglobina está presente en la cebolla, evitando la anemia, con la ayuda del cobalto. El yodo tiene una importante incidencia en la glándula tiroides, controlando el metabolismo. A su vez, el magnesio, influye en el drenaje hepático y le potasio actúa a nivel cardíaco. El sodio trabaja conjunto con el potasio y regula el índice de agua en el organismo.
   La forma de consumirla es esencial según la dolencia. Para enfermedades respiratorias, se puede extraer el zumo de 1/2 y beberlo 3 veces al día. También en infusión.
   En ensalada es ideal como estimulante, depurativa, diurética, hipotensora y remineralizante; y en cataplasma, se puede usar una cebolla asada para aplicar sobre lesiones, forúnculos o abcesos. También tiene beneficios si se ingiere cocida. A fuego lento, en 1 lit. de agua y un poco de leche, actúa como diurético, digestivo y depurativo.
   ADVERTENCIA: los que padecéis de migraña mejor tomarla poco porque puede producir migrañas agudas.
  


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